domingo, 11 de diciembre de 2011

Semónides d´Amorgos

En la obra del Yambo de las mujeres, se satiríza a la mujer en general y se la divide en diversos tipos, diez para ser exactos, a mi parecer, por el carácter diverso en las muy distintas situaciones de la vida cotidiana.
 Ocho de estas comparaciones corresponden a la mujer con animales (la cerda, la zorra, la perra, la mula, la comadreja, la yegua, la mona y la abeja) y dos a elementos de la naturaleza (la tierra, o barro, y el mar).
Las características de cada una de las satirizaciones no son precisamente positivas, en cambio me llamó especial atención la comparación con la abeja, ya que, a mi parecer, es la única siempre sumisa y trabajadora "¡Afortunado quien la tiene! " -dice el texto:

A otra la sacaron de la abeja. ¡Afortunado quien la tiene!
Pues es la única a la que no alcanza el reproche,
y en sus manos florece y aumenta la hacienda.
Querida envejece junto a su amante esposo
y cría una familia hermosa y renombrada.
Y se hace muy ilustre entre todas las mujeres,
y en torno suyo se derrama una gracia divina.
Y no le gusta sentarse con otras mujeres
cuando se cuentan historias de amoríos.

Tales son las mejores y más prudentes
mujeres que Zeus a los hombres depara.


He de reconocer que aunque me pareció muy ofensivo, me ha resultado divertido imaginarme a la mujer en la situación de cada ainimal. Mi comparación favorita es la del mar, donde se ve a la mujer como a algo hermoso, agradable, digno de elogio, y a la par como a algo peligroso, áspero con todos, indomable... 


Otra vino del mar. Ésta presenta dos aspectos.
Un día ríe y está radiante de gozo.
Cualquiera de fuera que la ve en su hogar la elogia:
No hay otra mujer más agradable que ésta
ni más hermosa en toda la tierra.
Al otro día está insoportable y no deja que la vean
ni que se acerque nadie; sino que está enloquecida
e inabordable entonces, como una perra con cachorros.
Es áspera con todos y motivo de disgusto
resulta tanto a enemigos como a íntimos.
Como el mar que muchas veces sereno
y sin peligro se presenta, alegría grande a los marinos,
en época de verano, y muchas veces enloquece
revolviéndose en olas de sordo retumbar.
A éste es a lo que más se parece tal mujer
en su carácter: al mar que es de índole inestable.


Me ha parecido una obra muy original y divertida y, de algún modo, muy acertada.   

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